Reeditada Septiembre 2017
Esta semana se han cumplido 76 años del nacimiento de mi padre. Esta semana, decidí no levantar el teléfono.
Mi intuición me decía que este año carecía de sentido intentarlo.
¿Por teléfono? Por teléfono, menos aún. Me debatía entre la seguridad más gutural y la culpabilidad más racional. Ganó la seguridad gutural.
Intuición
Hace unos días releí que alguien, durante mi peregrinaje a Santiago, me decía: «¿Por qué no hacemos caso de nuestro instinto? Si nos ha salvado tantos años ¿Por qué no le hacemos caso?»
Durante este año he empezado a hacerlo más menudo, esta ha sido una de esas ocasiones. Ese instinto me salvó y me condenó al mismo tiempo. Me salvó porque retrasó la caída, y me condenó… por la misma razón.
Al día siguiente, mis sospechas se confirmaron:
– Ya no le ha reconocido. – Escuché al otro lado del teléfono.
Todo se volvió relativo y no escuché nada más.
Desde que cumplí 33 años, mi nueva edad ha sido una de las más duras que he vivido, y a la vez de las productivas (los 34 le ganan, aunque pensé que sería imposible).
La perversión del carpe diem
¿Crecer duele? ¿Es por eso que los adolescentes se ponen febriles cuando dan un estirón? ¿Cuánto voy a seguir estirándome este año?
Ya no es: «disfruta del momento» o «no dejes de hacer esto o lo otro» o «viaja, ríe, llora, sueña» y todas esas cosas que están de moda ahora mismo.
No, no es eso, no es «haz todo lo que puedas porque mañana te puede caer una maceta en la cabeza», porque aprendes que no hay futuro.
De repente, la vida se encarga de despertarte de tu letargo:
«VIVE LO QUE SEA QUE ES».
Bueno y malo no entran en esa frase. Vive lo que sea tu presente.
Tu presente
Tu regalo. Es lo único que tienes.
¿Tu futuro?
Un día pierdes la memoria a corto plazo y empiezas sólo a vivir AHORA, y el ahora se hace eterno.
Y también pierdes la memoria anterógrada, la que te permite hacer recuerdos nuevos para acceder a ellos después…
¿Acceder después?, ¿en serio?, ¿tener qué?
Dejas de tener futuro.
Tu pasado
Después va la memoria retrógrada, esa que guarda nuestras memorias del pasado, primero las más recientes; dejas de tener casa, dejas de tener amigos recientes, dejas de tener…
Dejas de tener un poco de tu vida.
Luego le toca el turno a las memorias vitales más antiguas, esas que hacen que dejes de tener sobrinos, nietos, hijos, lugar de nacimiento, infancia… ahora ya no tienes pasado.
Tu entorno
Y desde fuera… desde fuera… quizás nos enfademos, quizás no, quizás nos entristezca, quizás no. Quizás lo entendamos, aunque no hay entendimiento posible que alivie lo que se siente.
Y si aprendes la lección, aprendes que da igual, que sólo es… «vivir lo que es», porque en realidad es lo único que tienes.
Pasado y Futuro son dos creaciones mentales, tus creaciones mentales, esas que, si tienes suerte o desgracia, no lo sé, desaparecen, y por fin entiendes, que sólo…