La Psicología Cañera es la que mira a lo que hay, de forma valiente, la que no usa paños calientes y la que apela a la responsabilidad y la libertad (dos caras de la misma moneda) como garantes de éxito.
Se basa en dos principios fundamentales; la validación emocional y la confianza en la capacidad de las personas para gestionar sus emociones de forma eficiente; sin tener que evitarlas, reprimirlas o eliminarlas de nuestro repertorio vital.
¿Por qué Psicología Cañera?
En primer lugar porque es algo que dice quien ha trabajado conmigo. No lo digo yo.
En mis sesiones promuevo una actitud de honestidad y afrontamiento de la realidad. No exenta de amabilidad y respeto.
La caña no va de decir a bocajarro lo primero que se me cruce por la cabeza, no. En mis sesiones, como en la vida, hay que cuidar muy bien el límite entre sinceridad y sincericidio.
La caña es exponer aquella información que pueda ser útil, aportar valor y motivar al cambio de la persona. Aunque esa información, en principio, escueza y sea incómoda.
¿Qué crecimiento no escuece o es incómodo? Estirarse duele.
La caña. La incomodidad del cambio.
Todos los procesos de cambio y mejora personal implican atravesar lugares incómodos, algo desagradables y a veces muy desafiantes.
Mi especialidad es acompañarte en esos lugares y enseñarte a manejar esos momentos.
Nací curiosa e inocente, veo poca maldad en casi todo. Por lo que el juicio no forma parte de Psicología Cañera.
No te ahorra la información, pero sí te acompaña a atravesar, manejar y sostener esas situaciones.
La experiencia emocional es innegociable.
Tipos de “caña”. El punto de equilibrio.
Psicología Cañera aúna dos puntos equidistantes, los agita y hace una mezcla perfecta para el cambio:
- El revulsivo, el agente de cambio: te incita, te provoca, te dice “muévete”. Es la psicología de la proactividad, de las decisiones, de la acción.
- La validación, la ternura al acoger lo que hay, el consuelo. El reconocimiento de tu dolor y de tu derecho a sentir lo que sientes. La psicología del sostén, de la incondicionalidad y de la inocencia (vs. culpabilidad).
Cañera, no directiva.
Aunque lo parezca no es impositiva, es muy respetuosa, my friend. Ya te lo dije antes.
Es verdad que saca a la luz temas que te cuesta sacar (pero para eso estás aquí, si no mejor tomar un café con un colega).
También es verdad que analiza las causas y cuando descubres que tú eres una de ellas, escuece.
Analiza las consecuencias, las diferentes opciones de solución posibles y esto te deja en un lugar incierto, donde tomar decisiones (lo que puede ser desagradable) es estrictamente necesario.
No te preocupes, yo te acompaño en este camino y te ayudo a hacer el trago menos amargo con un montón de herramientas que adapto para ti.
Te da opciones, te guía y te acompaña en el proceso (a veces desgarrador) de darte cuenta.
Te anima a actuar y a moverte y te cuenta los posibles escenarios de solución, prevé las consecuencias y te ayuda a elegir…
Como verás, todo esto dista mucho de una psicología que te dice lo que tienes que hacer.
¿Te quedan dudas?
Pide una sesión de valoración gratuita conmigo para resolverlas todas.